En 1983 el Cosmos de Nueva York sale a la venta. Mauricio Macri y Orlando Salvestrini preparan un plan de negocios para explotar la franquicia. La operación no se concreta pero el traspié no los arredra. Sueltan al cielo neoyorquino una promesa que hará historia: en algún momento de sus vidas pondrán en marcha ese plan de negocios en Boca, el club de sus amores. Efectivamente lo harán años después, con indudable y polémico suceso.
En 1936 el presidente Agustín P. Justo impone a su yerno como presidente de club como condición del aporte de fondos públicos para construir la tercera bandeja de La Bombonera. A partir de allí, alternadamente, la política se mete con Boca, y Boca con la política. Dos de sus presidentes aspiran a serlo también de la Nación. El primero, Alberto J. Armando, un influencer del fútbol espectáculo, eleva al club al escalón más alto de su historia. Es su timonel durante más de veintidós años. Pero su estilo personalista provoca como herencia institucional una dirigencia vacía, incapaz de sucederlo. Cuatro años después de su retiro Boca se derrumba, parece desaparecer. El segundo, Macri, comienza su trayectoria pública en Boca. Es el actual Presidente de la Nación.
Desde la gira europea de 1925 Boca excede el ámbito barrial de su origen. Se nacionaliza e internacionaliza. Port ello su funcionamiento institucional y deportivo influencia y afecta la cotidianeidad de las vidas no sólo de sus socios e hinchas, sino las de todos los argentinos, en especial cuando un club de tamaña envergadura se utiliza como herramienta para alcanzar o retener el poder.
De esto trata este libro. Su valor radica más que en el contenido en sus fuentes, que se explican brevemente en el apéndice, entremezcladas con el ejercicio personal de la memoria.
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